Entradilla actualizada con
nueva foto de Julián Vinuesa
Lobo ibérico
Canis lupus (L.,1753) signatus (Cabrera,1907)
En el Parque del Hosquillo (Serranía de Cuenca)
Fotos Julián Vinuesa (Julio 2010)
En el Parque de Fauna (Valle de Arán -Aran Park-) (Laderas del puerto del Portillon -Col du Portillon-, entre el Valle de Aran y Bagnères de Luchon) De la costa granadina y...Al pirineo francés
Foto Julián Vinuesa (Julio 2011)
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Orden: Carnivora
Familia: Canidae
Género: Canis
Especie: Canis lupus subsp. signatus
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) lo catalogó en (2008) la Categoría global, como "Preocupación Menor"
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) para España lo catalogó en la categoría "Casi Amenazado"
El lobo (Canis lupus) es un miembro del orden de los mamíferos conocidos como carnívoros, las características más distintivas de los animales de este orden son sus largos y puntiagudos dientes caninos o colmillos y sus afilados premolares superiores y molares inferiores; en total presenta 42 piezas dentarias en sus fuerte mandíbulas de carnívoro. Similar
a un perro pastor alemán, pero algo menor, con las orejas
proporcionalmente más cortas, ojos oblicuos y de color ámbar en los
adultos. Cuello, dorso y cola de color algo más oscuro; líneas negras
longitudinales en las patas delanteras. El pelaje de invierno es mucho
más denso que el de verano. Masa corporal media, 33 kg en machos y 28 kg en hembras. Sus cerebros están altamente desarrollados, por lo que estos animales están considerados más inteligentes que la mayoría de los otros grupos. Los lobos son sociales con tendencia a formar pequeñas manadas, en las que existe una fuerte jerarquía, tanto en machos como en hembras.
Se ha identificado hasta 37 subespecies distintas de lobos, siendo la subespecie Canis lupus signatus la que habita en la Península Ibérica.
alimentación en ecosistemas naturales, es cazador de medianos y grandes ungulados. En España consume ungulados silvestres, conejos, jabalíes y ganado domestico. A veces compite con aves carroñeras, por animales muertos de forma natural o accidente, también por restos de vertederos cercanos a núcleos de población humana. También es conocido el hábito, en determinadas estaciones, de consumir alimentos de origen vegetal, tales como frutos silvestres. Por tanto, es una especie que muestra gran capacidad de adaptación alimenticia.
reproducción en general, sólo copulan el macho "Alfa" y la hembra "Alfa", los dominantes de cada manada. Celo en marzo y partos en mayo. Cada camada consta de 5-6 cachorros de media, que se suelen dispersar hacia los dos años de edad, al alcanzar la madurez sexual. Las poblaciones de lobos tienen elevadas tasas de recuperación y de renovación. Los lobos a veces se hibridan con los perros cimarrones produciendo descendencia fértil.
El profesor y naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, comprobó que existe una fuerte tendencia a la monogamia en las parejas de lobos. De hecho, dentro de la doble jerarquía de los lobos (la masculina y la femenina), la pareja reproductora de la manada es la dominante, es decir, el macho alfa y la hembra alfa. Los demás adultos y subadultos de la manada no se reproducirán a no ser que pasen a ocupar el puesto de dominante o que abandonen la manada para formar otra independiente.
hábitat el lobo es un generalista capaz de vivir en hábitats muy variados. Además de la disponibilidad de alimento, una característica esencial del hábitat del lobo es la tolerancia por parte del hombre, que suele ser mayor en los lugares donde los daños al ganado son escasos. En España, su hábitat óptimo está representado por los robledales de media montaña que se extienden por el sur de Orense, Zamora, León, Palencia y Burgos, caracterizados por su escasa población humana, abundancia de ungulados silvestres y pocos conflictos con el ganado.
distribución se extiende por Eurasia y América del Norte y ha sido introducido en Australia. En la Península Ibérica
está presente en España y en el Norte de Portugal. En España se
encuentra en el cuadrante noroccidental, donde ocupa unos 120.000 km2
y se encuentra en expansión. Además, una pequeña población aislada y
gravemente amenazada en Sierra Morena, dónde se llevan a cabo experiencias de reintroducción. En Aragón y Cataluña se observan ejemplares aislados.
En España los lobos poblaban la mayor parte de las tierras al Sur de los Pirineos hasta principios del XX. Sin embargo, durante los últimos cien años han venido sufriendo una persecución sistemática y una serie de trabas indirectas para el correcto desarrollo de sus poblaciones.
En la década de los 50 del pasado siglo, la presencia del lobo era patente en todo el
oeste de la Península (no hay que olvidar su presencia en Portugal) más
en los Pirineos. Un estudio realizado hace apenas 20 años por el CSIC
(Palacios, 1999) revela que al sur del Río Duero (Sierra de San Pedro en
Extremadura y Sierra Morena) el último lobo podría haber muerto hacia
1983 y que no existe presencia confirmada ni rastros biológicos de su
existencia en la zona oriental de España, aunque es posible que
persistan algunos grupos en los Pirineos y el País Vasco.
Algunas Reservas Naturales también albergan a pequeños grupos de lobos (El Hosquillo, en la Serranía de Cuenca, Ordesa en Huesca y Muniellos en Asturias).
amenazas especie objeto de caza y control al norte del Duero, con variaciones según comunidades autónomas. Especie estrictamente protegida al sur del Duero, excepto en Castilla y León donde se autoriza el control de algunos ejemplares cada año.
Los daños al ganado y la consiguiente hostilidad del público rural constituyen su principal problema de conservación en España. En Sierra Morena ha sido ilegalmente perseguido por los daños atribuidos a la caza mayor en las grandes fincas cinegéticas.
curiosidades el lobo es un superdepredador, que hasta la aparición de los humanos, ocupaba en su hábitat natural, la parte superior de la pirámide nutricional. Esto significa que se trata de un depredador que carece de competencia externa para la regulación de su población, y que su crecimiento está sólo limitado por la disponibilidad de alimento y por las enfermedades.
Cuando tiene lugar la aparición del hombre, también un superdepredador, la situación cambia, porque el hombre "considera al lobo un peligro para sí mismo" "El lobo y el hombre compiten en la caza de otros animales situados en una posición inferior dentro de la pirámide nutricional, jabalíes, corzos, cabras montesas, conejos" "En situaciones de carencia alimentaria el lobo amplía los límites de su territorio natural de caza en busca de alimento, llegando a atacar ocasionalmente a rebaños de ovejas y cabras".
Aunque es cierto que periódicamente se registran ataques de los lobos
a los rebaños de ovejas, no es cierto que el lobo sea un animal
peligroso para el hombre. De hecho el lobo se repliega sistemáticamente
de cualquier lugar ocupado por el hombre.
El hecho de que, junto con el zorro, sea una especie que depreda las
especies que persiguen los cazadores, es actualmente el principal
terreno de competencia entre ambas especies.
Esta desigual competencia se salda sistemáticamente con la matanza
ilegal de animales por parte de cazadores bárbaros y desaprensivos. El uso, también ilegal,
de cebos envenenados para acabar con estos animales constituye otra de
las grandes amenazas que se ciernen sobre esta y otras especies.
El amigo y fotógrafo del blog, Julián Vinuesa, me envía los siguientes datos sobre la persecución al lobo, extraídos de un artículo referente a La Meseta de Requena-Utiel durante el siglo XIX:
- 176 reales por una loba muerta. En 1815
- 88 reales por un lobo muerto. En 1835
- 11 reales por un cachorrillo de lobo. En 1835
Ángel Ramírez Medina, ex-compañero y amigo, me ha enviado un enlace a un interesante artículo de José Luis Delgado publicado en GranadaHoy el 4 de enero de 2016. Podía haber puesto el enlace a internet, pero como tiene mucha publicidad, he preferido ponerlo en formato blog, de forma literal:
Plaza de los Lobos ¿qué lobos?
Manadas de lobos causaban verdaderas matanzas de ganado Fueron
muchas las quejas de cristianos y moriscos ganaderos Una placa recuerda
el Combate del Callao de 1866.
En las Ordenanzas municipales de 1552 se recoge una orden de los
primeros años del siglo XVI titulada Lo que han de pagar por los lobos. Y
sabemos por numerosos documentos que a principios del siglo XVI, en
aquella Granada recién conquistada, por cada pellejo de lobo que se
presentase a la autoridad el vecino recibía tres reales de premio. Y si
lo que se mataba era una camada entera la recompensa ascendía a cien
maravedíes, siempre que se aportaran las pruebas.
Al parecer la causa de la enorme existencia de
verdaderas plagas de lobos en Granada en el siglo XVI se debió a la
despoblación que sufrieron nuestros campos tras la expulsión de los
moriscos y la existencia sin embargo de una elevada población de
ganaderos. Bajaban de las sierras manadas de lobos hasta la ciudad
causando verdaderas matanzas de ganado en los campos y las huertas
cercanas; atacaban a las reses y hubo casos de ataques a los mismos
granadinos. Los lobos acabaron siendo una pesadilla y eran muchas las
quejas de cristianos y moriscos campesinos y ganaderos alarmados y
arruinados. Hubo que distraer enormes cantidades de dinero público para
premiar a los que presentaban pellejos de lobos tras pregonar duras
campañas contra estas fieras hambrientas, sobre todo en los crudos
inviernos granadinos que cubrían de nieve nuestros alrededores.
Los documentos municipales recogen los testimonios de un año
especialmente aciago. En 1584 el Ayuntamiento de Granada tuvo que pagar
61.200 maravedíes para recompensar la muerte de 204 lobos en una batida,
a razón de 300 maravedíes por cabeza. La amenaza de estas alimañas en
Granada continuó en el siglo XVII, llegándose a contabilizar una media
de 40 lobos muertos cada año, según leemos en los legajos conservados en
el Archivo Municipal de nuestra ciudad.
Uno de los testimonios más conocidos referido a la Plaza
de los Lobos y que abunda en la pesadilla que estos animales
representaban es el que se recoge en los Anales de Henríquez de
Jorquera. El cronista granadino del siglo XVII dedica el capítulo VI de
sus Anales a las Plazas de Granada; cita la Plaza de Bibarrambla, la
Plaza Nueva, la Plaza Larga y la de Bibalbonut, ambas en el Albaicín, la
Plaza del Realejo Alto, la del Campo del Príncipe y la de los Lobos,
además de otras de menor importancia.
De ella dice
que fue edificada en la parte occidental de la ciudad, en el barrio de
la Duquesa (María Manrique, la duquesa de Sessa, esposa que fuera del
Gran Capitán), barrio nacido tras derribar la puerta Bib-al-Mazda de la
muralla y al calor de la construcción del Monasterio de San Jerónimo y
el cercano Hospital de San Juan de Dios. Plaza "edificada en la
población moderna… no muy grande…capaz para fiestas…en ella se an jugado
cañas", dice Jorquera. Y siguiendo al cronista leemos: "llamanla de los
lobos porque en una casa de ella, habitación de un gran señor de
ganado, … ay muchas cabezas de lobos clavadas, de las que matan sus
ganaderos…". Era allí a donde se llevaban las pruebas de los lobos
cazados.
Quedan en la plaza el Oratorio de la Misericordia y el Convento de la
Piedad. Y si nos fijamos un poco veremos la mugrienta placa que recuerda
el Combate del Callao del 2 de mayo de 1866 que enfrentó a la Armada
española de Casto Méndez Núñez contra los sudamericanos en las costas
del Pacífico peruano. Murieron allí dos guardiamarinas granadinos
llamados Ramón Rull y Enrique Godínez; nombres que llevó la Plaza de los
Lobos durante algún tiempo. Fue entonces cuando parece que Méndez Núñez
pronunció en 1865 lo de "más vale honra sin buques que buques sin
honra", según reza la placa de un monumento en Vigo, su ciudad natal.
Empecemos el año con la esperanza de que haya menos batallas, más honra y
menos lobos.
En cuanto a la interacción del hombre con el lobo en contextos
naturales, existen algunos casos documentados de relación positiva,
basada en el conocimiento y asunción, por parte del hombre, de las
reglas jerárquicas que rigen la estructura de la manada. Así, el
naturalista y etólogo Félix Rodríguez de la Fuente
tuvo varias manadas de lobos, de los que fue líder. En una época de
persecución acérrima al lobo, Rodríguez de la Fuente estudió su
comportamiento tratando de descubrir los motivos del odio ancestral del
hombre hacia este animal, descubriendo "la verdad del lobo", que
desarrolló en numerosos artículos, logrando la preservación, por ley, de
la subespecie ibérica. Tras su muerte, los trabajos para la
preservación del lobo continuaron.
Otro caso en España, aunque bien distinto, es el de Marcos Rodríguez Pantoja, que en los años cincuenta vivió solo desde los siete hasta los diecinueve años en una zona apartada de Sierra Morena donde su único referente social fue una manada de lobos. Su historia ha sido llevada al cine por Gerardo Olivares (Entre lobos, 2010). De Wikipedia
JOAQUÍN MUÑOZ-COBO, CONCEPCIÓN AZORIT,
JOSÉ ANTONIO CALVO Y RAFAEL CARRASCO.
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