Es la culebra más pequeña de la Península Ibérica, no suele superar los 60 cm. de longitud total. Cuerpo delgado, con la cabeza muy aplanada o deprimida y el cuello poco marcado. Destaca su hocico, recto en el extremo, los ojos pequeños con pupilas redondeadas y sobre todo una mancha en forma de collar (casi siempre con forma cerrada y denominada “cogulla”) muy oscura en la parte superior del cuello. Entre los ojos hay una mancha simétrica con forma variable. Y debajo de éstos aparece otra mancha, a modo de lágrima. La cola es corta y las escamas de todo el cuerpo son lisas (sin quilla) y brillantes. El patrón de coloración, poco marcado normalmente, consiste en alineaciones de manchas oscuras dispuestas regularmente por todo el cuerpo, a veces mayores en la zona vertebral. Coloración de fondo en cabeza y cuerpo gris, que tiende a marrón cuando ha mudado recientemente.
alimentación principalmente de pequeños reptiles (lagartijas y eslizones), eventualmente puede consumir colúbridos recién nacidos, incluidos ejemplares de su propia especie que busca bajo rocas, troncos, o en galerías gracias a sus adaptaciones (cuerpo pequeño y cilíndrico, cabeza deprimida).
reproducción comienza en marzo, extendiéndose los apareamientos hasta mayo. Pone 3-5 huevos en lugares soleados y húmedos: bajo rocas, bajo troncos o galerías. Son depositados entre junio y julio. Las crías nacen 50 ó 60 días más tarde, en agosto o septiembre.
hábitat tiene preferencia por los lugares cálidos y con cierto grado de humedad, pero se la puede encontrar en casi cualquier tipo de hábitat. De hábitos minadores, prefiere ambientes con suelos algo húmedos, blandos, donde la labor de excavación se vea facilitada. Aparece en pastizales, fondos de valles y riberas, bordes de bosque, etc.
distribución por el Mediterráneo Occidental, incluyendo una franja atlántica en Marruecos, siempre al oeste del Río Muluya, y en la mitad sur de la Península Ibérica. Más abundante y mejor distribuida en el cuadrante suroccidental ibérico, con respecto al suroriental. Es el colúbrido mediterráneo más escaso en la Península Ibérica. Las poblaciones de los Arribes del Duero, en Zamora, están aisladas del resto de las poblaciones españolas, por lo que merecen especial atención. Probablemente se esté viendo afectada por la proliferación del jabalí y la aridez creciente en la mitad sur de la Península Ibérica. Por su reproducción bienal y pequeño tamaño de puesta, tienen poca capacidad de recuperación frente a sucesos casuales que afecten a sus poblaciones.
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