martes, 3 de septiembre de 2024

Flamenco común o rosa (Phoenicopterus roseus)

Entrada actualizada con foto reciente
de Julián Vinuesa

Flamenco común o rosa 
Phoenicopterus roseus (Pallas,1.811)  
 Flamenco juvenil, en la Charca de Suárez de Motril (31/02/2006)
Foto Pepe Marín
 Flamenco juvenil, en la Reserva Natural Concertada "Charca de Suárez" Motril (11/10/2014)
Foto Pepe Marín

Flamencos en las Marismas del Guadalquivir (P.N. Doñana)
Fotos AGMaldonado (17/02/2009) 

En el Parque Nacional de la Camarga (Francia)
Fotos Julián Vinuesa (25/05/2017)
En la Albufera de Valencia (28/05/2019)
Fotos Julián Vinuesa
Adulto, en el Marjal de Silla (Valencia
Foto Julián Vinuesa (06/04/2021)
Juvenil, en el Marjal de Silla (Valencia
Foto Julián Vinuesa (20/06/2021)

En la Albufera de Valencia (13/08/2021)
En la Albufera de Valencia (13/08/2021)
Fotos Julián Vinuesa
En el Marjal de la Albufera Valencia
Foto Julián Vinuesa (08/10/2022)
En la Albufera de Valencia
Fotos Julián Vinuesa (10/22/2022)
Juvenil, en la Albufera Valencia 
Foto Julian Vinuesa (26/07/2024)

Juvenil, en la Reserva Natural Concertada "Charca de Suárez" Motril
Foto Eduardo Castro Villegas (25/11/2023)

Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Aves
Orden: Phoenicopteriformes
Familia: Phoenicopteridae
Género: Phoenicopterus
Especie: Phoenicopterus roseus
[=Phoenicopterus ruber subsp. roseus]
(Antes se le consideraba subespecie)

Casi Amenazado (Libro Rojo de las Aves de España, 2003) 
Incluido en el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía 

Ave zancuda y de cuello largo, de entre 125-145 cm. de longitud y hasta 160 cm. de envergadura.  De color blanco rosado, con la parte anterior de las alas rojo escarlata y la parte posterior negra. Pico característico, curvado hacia abajo, de color rosa con la punta negra, que es una eficaz herramienta para filtrar los lodos donde se encuentran las partículas alimenticias que componen su dieta. Las mandíbulas, rodeadas por laminillas córneas, actúan como un cedazo que criba el fango gracias a la acción de succión y expulsión del mismo desde su cavidad bucal y que realiza mediante su musculosa lengua. Patas rosas. Jóvenes pardo-grisáceos, con pico y patas oscuras. 

Especie extraordinariamente gregaria, en las colonias de cría pueden llegar a anidar miles de parejas, cuyos pollos se agrupan en bandos bajo la vigilancia de algunos adultos. 

alimentación a base de moluscos, gusanos, insectos, crustáceos (Artemia salina) que le aporta el color rojizo), algas etc., que filtran con su pico extrayéndoles del fondo fangoso. Comen durante el día y la noche.

nidificación anida en colonias en las orillas, islotes de lagunas o salinas. Construyen el nido de barro aparentemente construido por ambos sexos, en forma de tronco de cono y ligeramente cóncavo por arriba. Realizan una puesta anual, de Mayo a Junio, 1-2 huevos blancos. Periodo de incubación, realizado por ambos progenitores, de entre 28-32 días.  Los pollos dejan los alrededores del nido al cabo de 2 semanas, y reunidos en guarderías son vigilados por los adultos. 

hábitat humedales, lagunas interiores y costeras, marismas, salinas, albuferas, deltas, estuarios, rías. 

distribución Phoenicopterus roseus cría, en los hábitat apropiados, en Europa Meridional e Islas de Cerdeña y Baleares, América del Norte, África (Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Senegal) y Sudoeste de Asia. En Europa cría en La Camarga (Francia) y en algunas localidades de la Península Ibérica: Lagunas endorréicas de Fuente de Piedra (Málaga), Marismas del Guadalquivir (Huelva, Sevilla, Cádiz), Salinas de Santa Pola (Alicante) y Delta del Ebro (Tarragona). Durante la invernada, flamencos franceses visitan enclaves apropiados de las costas del Levante y Sur de la Península.

amenazas sobre el hábitat, falta de alimentos y falta de agua.             


Del mito del Ave Fénix al pragmático romano
 
Los egipcios consideraban al flamenco como un animal fabuloso capaz de arder cada día para resurgir al siguiente de sus propias cenizas. El mito del Ave Fénix tuvo continuidad en la antigua Grecia, donde fue denominado Phoenicopterus, palabra adoptada luego por los zoólogos para designar al género de esta zancuda.

Para los romanos estos animales tenían otro interés menos fantástico; su musculosa lengua constituía un exquisito manjar, reservado tan sólo a algunos privilegiados paladares.

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